jueves, 24 de diciembre de 2009

Parvovirus canino

Que es la enfermedad de Parvovirus Canino? - EPC

Desde el 1978 los perros de toda edad y raza han sido víctimas de una enfermedad muy contagiosa causada por un virus que ataca el tracto intestinal, los glóbulos blancos de la sangre, y en algunos casos, el músculo cardiaco.

La EPC se contrae por contacto entre los perros y ha sido diagnosticada donde quiera que se congregan. Un perro que este confinado en la casa o en el patio y que entre rara vez en contacto con otros perros tiene menos posibilidades de contraerla.

La fuente de contaminación es la materia fecal de los animales que han contraído la infección. Puede haber gran cantidad de virus en las heces fecales de los animales que sufren la enfermedad.

El virus es resistente bajo condiciones climáticas extremas y puede sobrevivir durante largos periodos. Se transporta con facilidad de un lugar a otro en el pelo o en las patas de los animales enfermos o bien en las jaulas, los zapatos, o cualquier otro objeto contaminado. No se tiene información sobre algún otro medio de transporte, si es que existe alguno.

La EPC no puede transmitirse al hombre ni a los demás animales.

¿Cómo se puede saber si el perro tiene la EPC?

Los primeros signos de la EPC son generalmente vómitos y diarreas severas, que se producirán a menudo a los 5 o 7 días de haber contraído la infección. Al principio de la enfermedad las heces fecales serán por lo general de un color gris claro o amarillo grisáceo. En algunos casos, el primer signo serán heces fecales liquidas con manchas de sangre.

Los animales pueden deshidratarse rápidamente debido al vomito y la diarrea. También se observara la perdida de apetito y la depresión. Los perros mas jóvenes pueden mostrar una temperatura entre 40 y 41 C. Aunque los animales mayores muestran a veces una temperatura ligeramente mas alta.

Algunos perros vomitaran repetidamente y tendrán además diarrea que puede ser impelente y con sangre, hasta que mueran. Otros tendrán solo heces fecales sueltas y podrán recuperarse sin complicaciones. Una característica común de toda infección con EPC es que la cantidad de glóbulos blancos baja, a la vez que se produce fiebre.

La mayoría de las muertes ocurren dentro de las 48 – 72 horas después de la aparición de los signos clínicos. Los cachorritos son los que más sufren de shock y muerte que puede sobrevenir en cuestión de dos días después de haberse declarado la enfermedad. Aproximadamente el 75 % de los cachorros menores de 5 meses y el 2 al 3 % de los perros mayores mueren por esta enfermedad.

Otra forma de enfermedad parvorial es la inflamación del corazón (miocarditis) en el caso de cachorros de menos de 3 meses de nacidos. Este síndrome ocurre sin diarrea a medida que el virus se multiplica rápidamente en las células musculares del corazón.

Los cachorros con miocarditis parvorial pueden parecer deprimidos y dejar de mamar poco antes de caerse por falta de aire. La muerte puede ocurrir en unos minutos. Otros pueden morir en unos días. No existe tratamiento especifico. Los cachorros que sobreviven pueden quedar con algún defecto cardiaco permanente. Estos animales mueren por insuficiencia cardiaca unas semanas o meses después de haberse recuperado de la enfermedad.

¿Cómo puede diagnosticarse y tratarse la EPC?

No hay drogas especificas que puedan matar el virus en los perros enfermos. El veterinario puede dar su diagnostico inicial basándose en los signos clínicos, pero solo después de haber tomado en consideración las demás causas que pudiese provocar él vomito y la diarrea. La propagación rápida dentro de un grupo de perros constituye una prueba bastante convincente de que el perro sufre de EPC, lo cual puede confirmarse mediante microscopio electrónico u otros test de laboratorio.

El tratamiento contra la EPC deberá comenzarse inmediatamente. Consiste primordialmente en combatir la deshidratación, reponiendo los líquidos y electrolitos perdidos, controlando él vomito y la diarrea y evitando las infecciones secundarias. Los perros que estén enfermos deben mantenerse calientes y se les debe ofrecer atención y cuidado. Puede recomendarse la terapia de antibióticos a fin de evitar las infecciones bacterianas secundarias.

¿Qué es la artritis canina?

La artritis en caninos es tan común como en humanos. El tipo de artritis asociada con los perros se conoce como osteoartritis, la cual es causada por la degradación del cartílago entre las articulaciones.

El cartílago es lo que hace que los huesos en una articulación no se friccionen. A medida que el cartílago se desgasta, disminuye la función de la articulación, lo que causa dolor y rigidez.

Al principio la artritis canina es sólo incómoda, pero en casos severos puede causar dolor extremo, ya que los huesos friccionan directamente uno contra otro.

Podemos estar atentos a varios signos, tales como usar más una extremidad que la otra, problemas al sentarse o al incorporarse, falta de ganas de correr o saltar, y letargia. No existe aún una cura para la artritis canina, pero sí hay, sin ambargo, varios tratamientos efectivos.

El factor más importante es el disminuir la incomodidad asociada con la artritis que el perro siente, de forma que pueda tener una mejor calidad de vida. También será necesario que movilice las articulaciones, para evitar que la artritis se vuelva severa.

Si alguna vez notaste alguno de estos síntomas en tu perro, haz una cita con el veterinario, así podrás conocer acerca de la mejor manera de tratar a tu perro, y si de hecho tiene artritis canina o no.

Con un tratamiento apropiado podrás ayudar a que tu perro pueda tener una mejor calidad de vida; esto es lo que tanto tú como tu perro desean.

Pistas para detectar el dolor en tu mascota

Para protegerse a sí mismos de los depredadores, los animales ocultan naturalmente su dolor. Tu mascota podría estar sufriendo, a pesar de no mostrar ninguna señal obvia de dolor. Nuevos avances en la ciencia veterinaria han decodificado signos sutiles de molestias en los animales. Es vital observar el comportamiento de tu mascota, para poder manejar su dolor. ¿Cuán bien conoces a tu mascota? Utiliza estas cinco pistas para entender el lenguaje corporal de tu mascota.

Pista número 1. Hábitos de masticación anormales.

Si tu mascota muestra hábitos anormales de masticación, tales como volcar comida por un costado de la boca, podría tener algún problema dental o bucal. Señales adicionales incluyen pérdida de peso, mal aliento, o el frotar su cara en forma excesiva. Es importante que se realicen chequeos dentales regulares, para prevenir o tratar problemas dentales y su dolor.

Pista número 2. Pérdida o aumento drástico de peso.

El dolor influencia en forma directa los hábitos alimenticios de tu mascota. Los animales obesos tienen mayores chances de tener problemas en los ligamentos y en las articulaciones. Las mascotas con artritis o dolores musculares podrían rechazar su comida, ya que el agacharse les resultaría doloroso. El dolor asociado con la artritis también puede causar que las mascotas aumenten de peso aunque se mantengan sus hábitos alimenticios, debido a la falta de ejercicio.

Pista número 3. Evita el afecto o el contacto.

¿Solía tu perro ser activo y energético, pero ahora se recluye calladamente? El evitar el afecto y el contacto podría ser una señal de una enfermedad progresiva, tales como osteorartritis, o enfermedad intervertebral de disco. A pesar que tu mascota pudiera encontrarse normal antes de antes de acariciarla, la presión que se ejerce al hacerlo podría exponer áreas sensibles o dolorosas.

Pista número 4. Disminución de movimientos y de ejercicios.

La artritios o las enfermedades degenerativas de las articulaciones, son la causa más común de dolor. Las mascotas que renguean suelen negarse a subir o bajar por las escaleras, o a jugar. El sobrepeso va de la mano con las lesiones en las articulaciones. El perder kilos de más va a ayudar a que disminuya la carga sobre las articulaciones, y así reducir el dolor. Consulta a tu veterinario acerca de los ejercicios, dietas, y medicamentos contra el dolor que pueden mejorar la salud de tu mascota.

Pista número 5. "Accidentes".

Los dueños de mascotas creen frecuentemente que los "accidentes" son el resultado de problemas de comportamiento. Si bien hay ocasiones en el que el motivo es de comportamiento, el ir al baño en lugares inapropiados cuando normalmente no lo hacía, pueden ser causados por algún tipo de dolor. Las mascotas con artritis o con articulaciones doloridas pueden tener dificultades para llegar a un lugar apropiado, debido a obstáculos que causan dolor (como escaleras). Las infecciones en el tracto urinario también pueden causar accidentes de baño. A demás, estas infecciones pueden incluir letargia, fiebre, y dificultades para orinar.

La falta de expresión verbal no significa que tu mascota no pueda experimentar dolor. Cambios pequeños en su comportamiento pueden ser causa de alarma. Debes prestar atención a los hábitos de tu mascota, para que tu veterinario pueda evaluar y tratar su dolor.

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sábado, 5 de diciembre de 2009

feliz


feliz navidad perruna
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y feliz año nuevo..